Cielo Oscuro

por **kassiel** Miér Dic 31, 2008 12:59 pm

Esto me pilló de improviso, yo no tenía ni idea de que iba a pasar, una noche, cuando dormía, mi madre me despertó.
-Selena despierta-me dijo.
-¿Mamá?-respondí yo- ¿qué pasa? ¿qué hora es?-miré el reloj y vi que aun eran las 5 de la mañana.
-Nos mudamos, haz tus maletas.
-¿Mudarnos? ¿a dónde? ¿por qué?
- A Grazalema, ya te lo diré mas tarde, de momento haz tus maletas.
Seguido de eso, salió de la habitación y como no tenía otra opción, me puse a hacer las maletas. Al terminar, me vestí y bajé al salón.
-¿Me vas a decir ya por qué nos vamos?
-Tu padre a encontrado trabajo en Grazalema, ya sabes que por la crisis y eso, tenemos que aprovechar cualquier oportunidad.
-Pero... ¿y mis amigos?, ¿y el instituto?
-Ya te hemos encontrado otro instituto en Grazalema-dijo papá que acababa de salir de la habitación-, y sobre lo de tus amigos, lo siento mucho, pero tendrás que dejarlos.
-Supongo que no me queda otra opción-dige un poco desanimada.
Al acabar la conversación cogimos las maletas y las llevamos al coche, el viaje fue un poco largo para mi, y lo peor de todo, es, que cuando llegamos, estaba lloviendo. Llegamos al fin a nuestra casa nueva, no era muy pequeña, pero tampoco muy grande, yo diría mas bien de un tamaño normal. Sacamos las maletas del coche y las llevamos a las habitaciones. Mi habitación era más o menos del mismo tamaño que la que tuve anteriormente. Tenía una estantería para libros, un armario, una cama y dos mesas, una de estudio y otra de noche. También tenía una ventana que daba al exterior, por donde se veía como caía la lluvia. Empecé a desempaquetar cosas, cuando lo tuve todo guardado en su sitio, me senté en la cama y contemplé en silencio la lluvia. Entonces entró mi madre.
-¿Qué te parece tu casa nueva?- me preguntó.
-No esta mal-le respondí.
Se acercó y se sentó a mi lado.
-Ya te irás acostumbrando, solo date un poco de tiempo para ello.
Y antes de que pudiera decir nada siguió hablando.
-Por cierto-dijo-, mañana empezarás a ir al instituto, tienes los libros abajo en el salón.
-De acuerdo.-dije un poco decaída.
Mi madre sonrió.
-No te preocupes , seguro que encajas, ahora ve abajo a comer, supongo que tendrás hambre.
La verdad es, que en todo el camino, no comí nada, así que asentí, me levanté de la cama y bajé al salón.
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El salón era grande, tenía dos sofás, una butaca, una televisión, dos cómodas, una mesa, cuatro sillas, una chimenea y muchos cuadros, aparte, claro está, de otra ventana que también daba al exterior.
En la mesa había un plato caliente de sopa, supuse que esa era mi comida, así que me senté y empecé a comer. Cuando terminé, recogí las cosas y me puse a ver un rato la televisión, no había nada interesante, por lo que me levante y fui a hacer la mochila de mañana. Luego me tumbé un rato, me quedé pensando como sería mi nuevo instituto, mi madre me dijo que seguramente encajaría, pero, ¿y si no encajaba?, ¿y si me tomaban por un bicho raro?, lo mejor era no pensar en ello. Sin darme cuenta me dormí. A la mañana siguiente mi madre me despertó, bajé a desayunar, cuando acabé, cogí mi mochila y mi padre me llevó al instituto. Llegamos. Era mas grande de lo que me había imaginado, bajé del coche y me dirigí a la entrada, allí me recibió un profesor que me acompañó a mi aula. Cuando entré todo el mundo me miró, me sentí un poco incómoda. El profesor me indicó mi asiento, que estaba junto a una chica de pelo castaño y ojos verdes, fui allí a sentarme, tocaba matemáticas. Las mates no era algo que se me diera muy mal, al contrario, era de las asignaturas que mejor se me daban.
-Carolina, ¿te importaría compartir tu libro con Selena?-dijo el profesor, dirigiéndose a mi compañera.
-Claro-respondió ella, y seguidamente puso su libro en mitad de la mesa.
Cuando la clase empezó, Carolina comenzó a hablarme.
-Dime, ¿eres de aquí?-me preguntó.
-Ahora sí-respondí.
-Vaya, así que te has mudado.
-Si, hace dos días.
-¿Fue duro?
-Un poco, tener que dejar el instituto..., los amigos...
-No te preocupes, seguro que aquí haces muchos amigos. Yo me ofrezco voluntaria.
Sonreí.
-Gracias, empiezas hoy a las-miré el reloj que llevaba en mi muñeca- nueve y cuarto.
Carolina se rió.
-Tienes mucho humor-dijo.
-Supongo. Siempre me dicen que tengo que estar alegre, así que, que mejor manera de estarlo que con humor.
-Sí, tienes razón.
Intercambiamos sonrisas y seguimos atendiendo a lo que el profesor iba diciendo. La clase terminó. Un chico alto, de pelo negro y ojos azules se acercó a nosotras.
-Esta es Selena-me presentó Carolina.
-Un placer-respondió él-, yo soy Ethan.
-Encantada-dige sin saber que mas decir.
Nadie dijo nada hasta que entro el profesor de la siguiente clase. Ethan se fue a sentarse a su sitio, Carolina sacó su libro y lo volvió a poner en mitad de la mesa. Durante toda la clase, lo único que hice fue mirar a Ethan, ¿cómo alguien podía ser tan guapo?